El pasado miércoles, los niños saharauis y sus familias fueron invitados por el Restaurante Onosca, situado en el Polideportivo de La Nucía, a toda una tarde de piscina y a una estupenda merienda. Todo iba bién hasta que Fatma, la pequeña de todos resbaló corriendo y calló al suelo de cabeza. Al momento vinieron los socorristas y a los pocos minutos la ambulancia. Menos mal que todo quedó en un susto y Fatma volvió a la piscina diciendo, me caïdo en la cabeza y el médico me ha puesto unos calcetines... y riéndose. Menudo susto!
Agradecemos a Emilio del Restaurante Onosca su desinteresada colaboración que ha tenido con éstos niños. En estos momentos en los campamentos de refugiados de Tinduf, están a unos 20 Cº mas que aquí. Imposible hasta respirar.
Muchas gracias, o lo que es lo mismo SUKRAN EMILIO.
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